PNL Programación Neurolingüística


Cuando empecé a practicar por primera vez con la PNL. la palabra me hacía pensar en la informática y los ordenadores. Suponía que el aprendizaje me iba a aportar una serie de técnicas para “reprogramar” la forma como recogemos la información y la utilizamos (el cómo  pensamos las personas) y que estas técnicas bien podrían aplicarse en  procesos de aprendizaje y cambio. Pensé que podía ser útil tenerlas como recurso, como herramientas para la práctica de la psicopedagogía, especialmente con aquellas personas, bien sean niños o adultos, que mostraban dificultades durante los aprendizajes y deseaban mejorar.


Si tuviera que poner una palabra para extraer la esencia del aprendizaje ésta seria “experimentación” y si tuviera la licencia de añadir otra acerca del “para qué” sería “congruencia”.  La formación recibida en el Institut Gestalt ha sido totalmente coherente con la conceptualitzación de la PNL como experimentación de la vivencia subjetiva para facilitar la comprensión. Y así  ha sido de el modo en que hemos aprendido, en un 90% practicando y compartiendo lo experimentado y a partir de ahí extrayendo la teoría y la explicación. Partiendo de estas dos palabras clave que recogen, a mi modo de ver, la sustancia más elemental de la formación recibida,  a continuación expondré  lo que para mí significa la PNL en estos momentos.

La PNL supone una ayuda para ser más feliz y vivir mejor las situacionessi uno está dispuesto aprovechar su potencial. Una frase que se suele utilizar bastante sobre la PNL es la que dice que te ayuda a extraer la mejor versión de ti mismo/a. Y eso es congruente cuando te planteas hacer algo para mejorar, ya sea porque te encuentras en situaciones de dificultad que quieres superar, porque quieres cambiar patrones de conducta que limitan tus oportunidades de ser más feliz y no sabes cómo hacerlo, o porque quieres eliminar comportamientos de los que no eres consciente pero que te suponen una limitación importante en aras de conseguir un objetivo.

He descubierto la PNL como una maravillosa forma de acceder a mí misma, a nosotros mismos, y extraer aquellos recursos positivos que todos llevamos dentro para cambiar y transformar nuestras experiencias.

Vale, todo eso suena bien. Pero… ¿de qué hablamos en PNL cuando decimos  “recursos positivos”?  Con “recursos positivos” nos estamos refiriendo a aquellas creencias, comportamientos, estrategias y formas de sentir y de aprehender las situaciones que vivimos de forma que nos permitan llevar a cabo estrategias de motivación, acciones para superar obstáculos y procesos de cambio.  Bien, pero… ¿Cómo podemos llevar a cabo procesos de cambio?


Una de las actividades que hemos realizado y que me ha parecido muy potente consiste en identificar las creencias sobre ciertos aspectos de una misma, lo cual me ha ayudado a entender el para qué hacemos o no hacemos  ciertas cosas. Para que las creencias sean posibilitadoras han de ser conocidas y congruentes con tu propio sentir, identificarlas te ayuda a entender lo que realmente quieres conseguir y saber más acerca de tu identidad, el cómo te percibes a ti misma. A veces, conocer las creencias que sustentan una acción o comportamiento nos inducirá a potenciarla, otras a modificarla (o reformularla) encontrando cual es la intención positiva de la misma, o simplemente será conveniente eliminarla.  

Comunicarnos mejor con nosotros mismos internamente es parte fundamental para la comunicación con los demásEl célebre teórico de la comunicación, Paul Watzlawick apuntaba que “es imposible no comunicar” porque incluso cuando estamos en silencio o totalmente quietos sin hacer nada, hay muchas partes de nosotros que nos delatan: pequeñas unidades de información –gestos, miradas, formas de comunicación no verbal- que los otros captan e interpretan según su experiencia subjetiva sobre cómo somos, o sobre nuestro estado general de salud o cómo nos sentimos.

También modelando comportamientos posibilitadores que permiten acceder a unos objetivos que nos planteamos y, fundamentalmente, cambiando lo que sentimos frente a una situación o vivencia si ese sentir limita las opciones de funcionar de forma más posibilitadora. Como apuntaron en diversas ocasiones  Aina Olivé y Xavier Florensa: “No podemos cambiar la experiencia, su contenido es el que es, pero sí lo que sentimos”. En efecto, somos dueños de cómo nos queremos sentir, ésa es una actitud de responsabilidad frente a uno mismo muy interesante y que nos abre muchas posibilidades para el cambio. Para poder acceder a este recurso es esencial, en primer lugar, descubrir cómo se ha configurado en nuestra neurología la experiencia. Ésa es una parte importante de la PNL que veremos a continuación.

De forma muy sucinta, se trata de entender porqué actuamos de determinada manera. Dada una situación en la que estamos implicados (ya sea materialmente o a través de una posición de observador / oyente )  si tenemos en cuenta que la experiencia física está conectada con la parte subjetiva (experiencia subjetiva) y “neurológica” que nos hace sentir o percibir la situación vivida de determinada manera para otorgarle una significado y actuar en consecuencia, se podría decir que en alguna parte de ese proceso podemos influir para variar el resultado final. 
Parece ser que el origen de esta suposición radica en que para una misma situación dada, las personas interpretamos o le atribuimos significados diferentes según en qué pongamos la atención, basándonos en nuestras experiencias subjetivas anteriores y en nuestras formas particulares de sentir y de atribuir significados, de modo que cada uno de nosotros puede  producir resultados en línea con esa forma de sentir e interpretar a la que llamamos “nuestro mapa” para interpretar el mundo. Y en este punto ya sabemos la archiconocida sentencia, acuñada por Alfred Korzybsky,  acerca de que “el mapa no es el territorio”, lo que viene a decir que la forma que tenemos de concebir las situaciones no es la realidad,  sino tan sólo una interpretación, puesto  que la realidad es algo construido por cada uno de nosotros con nuestras experiencias subjetivas.
En este punto se comprende por qué se usan los términos programación neurolingüística, ya que el sistema que tenemos los seres humanos para explicarnos a  nosotros mismos, es decir atribuir significado a nuestra experiencia/vivencia es el lenguaje. Este hilo conductor que tenemos con nosotros mismos para facilitarnos la comprensión, que luego proyectamos hacia el exterior para con los demás y que denominamos lenguaje viene a su vez marcado por un “exceso de programación”, tal como nos hizo comprender Xavier Florensa, que nos hace perder lo genuino, lo auténtico a través de 3 procesos: la generalización, la distorsión y la eliminación. Conocerlos e identificarlos es otra estrategia con la que se trabaja en PNL,  utilizando la técnica del metamodelaje  a través de preguntas  que desafíen esos tres filtros y pongan en jaque las creencias limitadoras.

 Una de las ventajas de la Programación Neurolingüística es que una cuando conoces como acceder a la experiencia subjetiva el acceso lo puedes transitar tu mismo/a, todo y que por lo general (y especialmente las primeras veces) es más fácil realizarlo con una persona  que “te acompañe y guie durante el proceso”.

Para realizar el acompañamiento es esencial mantener un buen Rapport con la persona que confía en ti para que le guíes durante su proceso de transformación o de darse cuenta. ¿Qué significa mantener un buen rapport?

El rapport es estar en sintonía con el estado emocional del otro, atento a su manifestación física –recordemos la conexión intensa que existe entre lo físico y lo subjetivo-, acompañando los ritmos de la respiración, la cadencia del gesto, imitando la posición física, sintiendo y provocando una atmósfera de complicidad con la persona a la que acompañas. Allí solo se puede llegar desde: la actitud de escucha atenta, sincera, la sensibilidad perceptiva, la comprensión, el amor hacia el otro, la humildad y no juzgar.  Ahí solo puedes dejar que se manifieste el mapa interpretativo del otro y no intervenir desde el tuyo. Sobre sus experiencias no nos ha de interesar el contenido, sino como las ha sentido y como éstas han conformado sus creencias y sus patrones de funcionamiento. Preguntar, conocer, aceptar y acompañar desde su subjetividad, no la tuya,  para que la otra persona llegue al estado de confianza facilitador para exponer una vivencia, para permitirse que le acompañes hacia la  “estructura profunda” de sus creencias y comportamientos y que ella misma pueda recuperar recursos personales que le han servido como potenciadores para alcanzar objetivos o superar  dificultades.   

 Esta es, con seguridad, la parte más importante de la relación de ayuda a través de la PNL.   Experimentar el  rapport es la base para el trabajo de acompañamiento con PNL.

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