¿Hasta qué punto nuestra satisfacción con la vida está bajo nuestro control?

Según las investigaciones de la Asociación Americana de Psicología (APA), al contrario de lo que podamos pensar, factores externos como los ingresos económicos, el estado civil, la religión y la educación contribuyen sólo alrededor del 8% al bienestar general que percibimos en nuestra vida.

La sensación de satisfacción con la vida puede variar por diversas circunstancias. Por eso tiende a ser poco recomendable hacer valoraciones en momentos puntuales especialmente difíciles, como pueden ser la pérdida de la pareja o del trabajo que son factores muy estresantes. Sin embargo, la sensación de satisfacción con la vida puede ser moldeable en cierta medida.

En un artículo aparecido en la revista “TIMES”, el 17 de enero de 2005, se comentan algunas conclusiones de los recientes estudios de Psicología Positiva. Psicólogos de reconocido prestigio como Martin Seligman, Mihaly Csikszentmihalyi  y Sonja Lyubomirsk de la Universidad de California, sugieren actitudes y estrategias que  pueden ayudarnos a aumentar la sensación de satisfacción con la propia vida.  Veamos qué proponen:

1.    Cuenta tus “bendiciones”. Puedes llevar un diario de gratitud: escribe en el diario de 3 a 5 cosas por las que te puedas sentirte contento o agradecido. Puedes escribir cosas sencillas (ha florecido la margarita del balcón, me han invitado a comer) o más profundas (mi hijo me ha venido a ver). Puedes escribir estas sensaciones agradables 1 vez a la semana, los domingos, por ejemplo. Al cabo de pocas semanas se notan beneficios en la percepción de satisfacción y en la actitud ante la vida. 

2.    Realiza actos que ayuden a otros. Ayuda a amigos, familiares o gente del trabajo, de la calle… (ejemplos: cede tu asiento, haz un cumplido, ayuda a cargar unas bolsas, tráele el pan a un vecino…), sin esperar nada a cambio.
3.    Saborea las pequeñas cosas. Disfruta de un sabor, del calor de un rayo de sol, de una caminata, de una canción, de la ropa limpia, del descanso…Presta mucha atención a algunas actividades y lugares que te gustan... Algunos psicólogos sugieren tomar "fotografías mentales" de momentos o sensaciones de placer a revisar en momentos menos felices. A disfrutar también se aprende!   Este aprendizaje está relacionado con el reconocimiento del disfrute. La verbalización –decírnoslo- y tomar conciencia de cómo nos sentimos.
4.  Perdona. Aprende a perdonar. Libérate de la ira y del resentimiento, abandona  los pensamientos circulares dañinos, los de una y otra vez que son como el rumiar de las vacas. Olvida lo negativo y eso te permitirá caminar hacia delante.
5.    Dedica tiempo a tus amigos y familiares. Llámalos por teléfono y visita a tus familiares. Queda con los amigos. Pregúntales cómo les va.  Ten detalles con ellos: invítalos a tomar café a tu casa, felicítalos por su cumpleaños. Sin esperar nada a cambio.
6.   Cuida tu salud. Duerme las horas necesarias. Haz ejercicio, camina, come saludable y no te llenes hasta reventar, aumenta la ingesta de frutas y verduras, no fumes, sube por las escaleras en vez de coger el ascensor.
7.    Sonríe, respira profundamente y camina con la cabeza recta, no hacia abajo.
8.  Usa estrategias verbales. Sé realista en lo que concierne a tu situación, pero  usa autoafirmaciones positivas que te abran posibilidades de cambiar la situación, no las que te las cierren (por ejemplo: todo llegará, lo que no me mata me hace más fuerte, lo vivido ha sido un aprendizaje, la próxima vez intentaré hacerlo de otro modo...) y créetelas firmemente.
9.   Comprométete/implícate con lo que haces. Tanto si es manteniendo una relación con tu pareja, visitando a una amiga, jugando al futbol con compañeros, paseando con tu hijo, redactando una carta, haciendo un blog...
Hagas lo que hagas. Siéntelo, concéntrate y estate presente cuando lo estás haciendo, no pensando en el pasado o qué debes hacer en el futuro.  Comprométete con lo que estás haciendo ahora. No hagas por hacer.
10.  Encuentra aquello te hace “sentir” de forma  significativa. Busca aquello que te motiva y te hace sentir bien: aficionándote al Jazz, o escribiendo o cultivando un huerto... o haciendo de voluntario un día a la semana… Lo que quieras y que te motive. Tener un trabajo es necesario, sí,  pero también hay muchas otras  cosas por hacer que te harán sentir una persona significativa.
Sobre todo, lo que destacan principalmente los psicólogos positivistas es que:
 Sintamos gratitud por todo aquello que tenemos la suerte de disfrutar

nos esforcemos por mejorar nuestras habilidades sociales 
(ser amable con los  demás, pedir bien las cosas…)

 sepamos mantener nuestra red de relaciones significativas (familia, amigos)

 nos impliquemos de forma consciente y estando presentes en la tarea que hagamos, 
ya sea dar un paseo con un hijo, montar en bici, pintar la casa o preparar una comida. 


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