¡Una buena noticia! Todos la tenemos.
Todo ser humano posee un poderoso potencial para el cambio, nuestra tarea es hacer salir dicho potencial de forma natural. W.R. Miller y S. Rollnick.
Todo ser humano posee un poderoso potencial para el cambio, nuestra tarea es hacer salir dicho potencial de forma natural. W.R. Miller y S. Rollnick.
Todas las personas, a excepción de aquellas que están a
merced de una enfermedad mental distorsionadadora o sufren una degeneración física
incapacitante, poseemos esta inclinación -en parte natural y en parte adquirida
a través de siglos de socialización- a mejorar
nuestro quehacer.
A lo largo de los siglos el ser humano, las sociedades
que lo integran, tratan de optimizar su trabajo, sus herramientas, su arte, sus
relaciones, su alimentación, sus condiciones de vida, etc. introduciendo
innovaciones y evaluando los resultados. Ésta es una tendencia que nos conduce
a hacer cambios, en ocasiones casi de forma imperceptible, en casi todo lo que
hacemos y que va pareja a la experimentación del acierto-error.
Se podría objetar que no es cierto que esos cambios efectivamente
mejoren el objeto de nuestra atención y que el cambio no siempre responde a una
tendencia mejorante. Cierto, sólo en parte, si nos centramos exclusivamente en
el resultado. El resultado de aplicar lo que pensamos que puede ser una mejora
no siempre es mejor que el modelo original -sin olvidar que a su vez éste ha ido
integrando diversos cambios a lo largo de su historia de realización-.
La
tendencia, indiferentemente del resultado, sea éste considerado óptimo o no,
existe y la podemos potenciar.
Cosa parecida seria objetar que el refinamiento en la forma de matar, de un
psicópata o de un Estado, por ejemplo, no es una tendencia mejorante. No se pretende
con esta afirmación entrar en valoraciones sobre la “bondad” de la acción u
objeto de mejora, sino hacer emerger la existencia de esta tendencia mejorante a
la conciencia, para que pueda ser vista y aprovechada en un mejor servicio hacia
uno mismo y hacia los demás. Nos conviene hacerlo.
El objeto al que apliquemos la tendencia mejorante (uno la puede usar para abrir una casa y entrar a robar y también la puede utilizar para hacer una exquisita paella y para hacerse entender mejor al comunicarse con los demás y…) es algo que cae dentro de la esfera de la moral y la ética. En este sentido, entrarían en juego los valores, tema que podrá ser abordado también en este blog.
El objeto al que apliquemos la tendencia mejorante (uno la puede usar para abrir una casa y entrar a robar y también la puede utilizar para hacer una exquisita paella y para hacerse entender mejor al comunicarse con los demás y…) es algo que cae dentro de la esfera de la moral y la ética. En este sentido, entrarían en juego los valores, tema que podrá ser abordado también en este blog.
Con ello se trata, pues, de devolver la fe en la
capacidad que tienen todas las personas de mejorar y en la propia capacidad para
optimizar la forma de relacionarnos con los demás, de vivir las situaciones, de
hacer cosas, de participar en la sociedad.
Si analizamos esta condición humana con perspectiva, vemos que por eso aprendemos y
evolucionamos, no sin pasar por distintos momentos de acierto-error y su pareja
valoración.
“Pensar un poco más cada día qué parcela, actividad,
relación u objeto de mi vida cotidiana se puede ver beneficiada a través de la
tendencia mejorante”.
A su vez y utilizando la perspectiva comprobaremos que el beneficio de
aplicarla acaba revertiendo de nuevo en la fuente, o sea, en uno mismo.
La salud (por ejemplo: introduciendo en la dieta más
cantidad de alimentos saludables, reduciendo otros que no aportan tanto
beneficio, salir a caminar más seguido, fumar o beber menos… ).
Las relaciones sociales (recordar los nombres de las
personas, hacer más cumplidos sinceros, interesarse sinceramente por los demás,
por lo que cuentan escuchando sin interrumpir, ayudar a alguien sin esperar
nada a cambio…).
El trabajo… La pareja… La casa o el piso donde vivo…
El trabajo… La pareja… La casa o el piso donde vivo…
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